Los abonos verdes son plantas con capacidad de adaptarse a diversos suelos y climas, de rápido crecimiento y alta producción de biomasa o material vegetativo. Su finalidad es proteger y recuperar la fertilidad de suelos degradados y mejorar sus propiedades físicas y biológicas. Los abonos verdes son una alternativa muy importante para la restauración de los suelos y una práctica clave para hacer posible una agricultura sostenible.
Desafíos agrícolas en Centroamérica[edit | edit source]
En Centroamérica, el uso de malas prácticas agrícolas ha conducido a procesos acelerados de degradación, cuyo resultado es la pérdida de la salud de los suelos, de sus funciones, debido al deterioro de sus propiedades físicas, químicas y biológicas. Con ello, se afecta su condición biofísica interna, que limita el desarrollo de la vida en este ecosistema para poder brindar servicios ecosistémicos, como infiltrar y almacenar agua, reciclar nutrientes, almacenar carbono orgánico y crear condiciones ambientales adecuadas en el suelo para la vida de los organismos que lo habitan.
Los abonos verdes[edit | edit source]
Los abonos verdes son plantas con capacidad de adaptarse a diversos suelos y climas, de rápido crecimiento y alta producción de biomasa o material vegetativo. Su finalidad es proteger y recuperar la fertilidad de suelos degradados y mejorar sus propiedades físicas y biológicas. Las plantas de mayor uso como abono verde son principalmente las leguminosas. En Centroamérica la canavalia ensiforme es la más utilizada; sin embargo, también se utiliza la mucuna, el gandul, la crotalaria, la vigna, dolichus y otras especies.[1]
Beneficios de los abonos verdes[edit | edit source]
Los abonos verdes son una alternativa muy importante para la restauración de los suelos y una práctica clave para hacer posible una agricultura sostenible, por todos los beneficios ligados a su uso. Los resultados en el campo y los testimonios de los productores han mostrado que sus beneficios comienzan a percibirse después de un ciclo de siembra y que se incrementa año con año. La fijación del nitrógeno en el suelo, la labranza de sus raíces y el aporte de materia orgánica por su biomasa radicular y aérea, que mejora su estructura y porosidad, son las respuestas a los cambios que ellos perciben.
Los abonos verdes protegen el suelo como cultivo de cobertura, cuando están en proceso de crecimiento y posteriormente en su etapa de floración, se corta y se distribuye su biomasa en la superficie del suelo para cubrirlo y protegerlo. Mejoran la fertilidad del suelo por dos vías:
- Por la fijación de nitrógeno atmosférico en el suelo debido a su asociación simbiótica con unas bacterias denominadas rizobios, lo que reduce la cantidad requerida de este nutriente para el cultivo sucesor.
- Por el aporte de material vegetativo, el cual se transforma en materia orgánica y mejora las condiciones biológicas, físicas y nutricionales del suelo.
Contribución a la restauración del suelo[edit | edit source]
Junto con los rastrojos de cosecha, los abonos verdes son de gran importancia para restaurar los suelos degradados y convertir suelos endurecidos, en suelos suaves y porosos que facilitan la siembra, la penetración de raíces y la infiltración del agua. En los sistemas de producción de granos básicos, son un complemento importante para diversificar la biomasa que se incorpora al suelo y junto a la biomasa de gramíneas aportan alimento a diferentes grupos de microorganismos que descomponen la materia orgánica para mineralizar los nutrientes. En resumen, son una respuesta para proteger el suelo, mejorar su fertilidad, su densidad aparente, estructura, porosidad, mejorar la infiltración y retención de agua, reducir pérdidas de nutrientes, las poblaciones altas de malezas y la erosión del suelo.
Referencias bibliográficas[edit | edit source]
- ↑ Raíces El Salvador. (s.f.). Sitios. https://www.raices.sv/recursos